A pesar del informe del Washington Post del lunes citando a grupos de derechos humanos que afirmaban que Israel usó bombas de fósforo blanco fabricadas en EE. UU. para atacar pueblos en el sur del Líbano, el uso por parte de las FDI se realizó en áreas deshabitadas donde se encontraron objetivos militares.
El Asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, dijo que el uso de estas armas no violaba acuerdos internacionales si no apuntaban a civiles no combatientes.
Según la Tercera Convención de Ginebra, las bombas y proyectiles de fósforo se pueden utilizar como medio de iluminación o como cortina de humo, pero no contra seres humanos.
En el sur de Líbano, áreas no pobladas a menudo se utilizan para albergar instalaciones de Hezbollah y bases en la primera línea de su fuerza Radwan, que podrían ser utilizadas para atacar a Israel.
Hezbollah oculta lanzadores de morteros y misiles antitanque en esas bases, que están cubiertas por una densa vegetación que impide la vigilancia de inteligencia desde el aire, y ha excavado bunkers para protegerse del fuego de artillería de las FDI.
Son una amenaza inmediata para la región fronteriza, lo que las convierte en un objetivo de los esfuerzos israelíes destinados a descubrirlas.
Al utilizar bombas de fósforo, las FDI esperan encender la vegetación que cubre las bases y crear una cortina de humo que impida que la fuerza de Hezbollah dispare misiles antitanque a soldados y posiciones de las FDI y a civiles israelíes cerca de la frontera.