Los hospitales gozan de una «protección especial» bajo las leyes de guerra debido a su función humanitaria. Esta protección especial puede ser revocada si una de las partes en conflicto utiliza instalaciones médicas fuera de su función humanitaria y las explota con fines de combate.
Esto incluye situaciones en las que un hospital es utilizado como cuartel general, escondite para combatientes, base para lanzar ataques, puesto de observación para transmitir información de valor militar o depósito de municiones, todos usos atribuidos a Hamás en el Hospital Shifa. Como resultado, Shifa perdió su inmunidad y se convirtió en un objetivo militar legítimo para el ataque.
Para revocar la protección especial de un hospital, las leyes de guerra exigen que la parte atacante proporcione una advertencia adecuada para detener el mal uso y un tiempo razonable para que se atienda esta advertencia. En las últimas semanas, Israel ha advertido públicamente contra el mal uso por parte de Hamás del hospital Shifa y ha proporcionado tiempo suficiente para detener este mal uso. Además, Israel suministró equipos médicos y otros suministros, incluyendo incubadoras, comida para bebés, oxígeno y combustible, así como medios para evacuar pacientes.
Lamentablemente, la respuesta de la comunidad internacional favorece a Hamás, que busca presionar a Israel para que cese sus ataques y así limitar la capacidad de Israel para desmantelar la infraestructura militar de Hamás. Como tal, proporciona a Hamás un incentivo para continuar operando desde hospitales y usar civiles como escudos humanos, mientras convierte las leyes de guerra en armas contra aquellos que las respetan. Esto socava el objetivo principal de estas leyes: proteger a los civiles durante la guerra.