Ante el continuo estancamiento de las conversaciones nucleares, Irán sigue avanzando en su programa nuclear, al tiempo que continúa proporcionando ayuda militar a Rusia en la guerra con Ucrania.
Irán anunció por primera vez el inicio del enriquecimiento de uranio al 60% en la planta subterránea de Fordow y la sustitución de las viejas centrifugadoras IR-1 de esta instalación por las avanzadas centrifugadoras IR-6, que pueden enriquecer más rápidamente y en mayor cantidad.
Tras años en los que se dio prioridad a la cuestión nuclear frente a otros asuntos relacionados con Irán, Occidente se ve obligado a formular una política relacionada con la ayuda iraní a Rusia y la violenta represión por parte del régimen de las protestas en curso. Incluso si en su opinión la solución diplomática de la cuestión nuclear sigue siendo prioritaria, la conducta de Irán en las demás esferas hará muy difícil avanzar en este sentido. En consecuencia, la posibilidad de volver al acuerdo nuclear en el momento actual es muy escasa.
La realidad, en la que Irán está dando pasos agresivos y desafiantes sin enfrentarse a una respuesta decidida de EE.UU. y sus aliados, refleja una creciente sensación de confianza en Teherán, que descansa en parte en la valoración de que la agenda de EE.UU. (y Europa) está centrada en la guerra de Ucrania junto al conflicto principal con China, y que Irán como cuestión no ocupa un lugar destacado en la lista. La valoración de Teherán es que puede continuar con sus políticas sin temor a sufrir ningún daño.
Desde la perspectiva de Israel, aunque Irán esté lejos de decidir si avanza hacia la producción de armas nucleares, es fundamental crear ya ahora una disuasión suficiente que dificulte a Irán dar nuevos pasos para avanzar en el sistema de enriquecimiento y en los niveles de enriquecimiento, y desde luego decidirse por un programa armamentístico.
Es posible que la conducta desafiante de Irán y las protestas en su territorio faciliten en cierta medida que Israel consiga que la administración estadounidense y la comunidad internacional actúen en consecuencia. Para ello, es conveniente que el nuevo gobierno de Israel mantenga un entorno de relaciones que permita un diálogo discreto y práctico con Washington, que será necesario para coordinar los pasos requeridos.
Es importante que Israel trabaje para convencer a Estados Unidos de la necesidad de crear medidas extraordinarias, incluso sin declarar líneas rojas, refuercen la disuasión contra Irán y minen la confianza de Irán respecto al posible precio que se le exigirá, si continúa avanzando en su programa nuclear.