Por: Pilar Rahola
El conflicto entre Israel y Palestina es mucho más que una simple disputa territorial. Para comprenderlo en su totalidad, debemos mirar más allá de las fronteras y considerar su dimensión geopolítica. En estos días, en las redes sociales, es alarmante ver cómo el odio hacia Israel se ha arraigado en algunos sectores, llegando incluso a aplaudir los brutales ataques que afectan a miles de civiles. Este tipo de apología del terrorismo, como la que ha hecho la CUP en la red social X, nos hace cuestionar cómo la defensa de ideas nobles puede convertirse en deshumanización.
Para comprender completamente lo que está sucediendo en este conflicto, debemos alejarnos de la narrativa maniquea de buenos y malos que a menudo se presenta. Las decisiones cruciales no se toman en la región, sino a kilómetros de distancia, en lugares como Teherán. A pesar de la buena fe de aquellos que creen que este ataque mortífero es en beneficio de Palestina, la verdad es que ni los objetivos ni los intereses benefician a los palestinos. Una vez más, se utilizan como peones en un juego más grande y como ejecutores de acciones brutales.
¿Cuáles son los intereses y quién es el cerebro detrás de este ataque? Si bien Irán ha estado moviendo los hilos del conflicto durante mucho tiempo, las evidencias apuntan cada vez más a su papel central en este caso. Se sabe que Irán es el principal proveedor de asistencia militar y financiera a Hamás, pero lo que es aún más sorprendente es la posible coordinación de la planificación. Informes señalan que el Ministro de Relaciones Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, se reunió con líderes de Hamás, la Yihad e Hizbulá en Beirut el 1 de septiembre. A finales de septiembre, líderes de la Guardia Revolucionaria, responsables de las acciones internacionales, se reunieron en Turquía con el líder de Hizbulá, el jeque Hassan Nasrallá, y el líder de Hamás en la zona.
El 4 de octubre, el líder de Hamás en Líbano, Osama Hamdan, participó en la Conferencia Islámica en Teherán, donde la agencia IRNA publicó una foto suya junto al presidente de Irán, Ebrahim Raisi. El comunicado de la conferencia no deja lugar a dudas: la unión de todos los partidos islamistas para «liberar Al-Quds», es decir, Jerusalén. Paralelamente, Ghazi Hamad, portavoz de Hamás, aseguró en la BBC que tienen el apoyo directo de Irán. Incluso el ayatolá Jamenei publicó un mensaje en X cuatro días antes del ataque, declarando que «el régimen usurpador sionista está llegando a su fin».
Las pruebas en línea de los primeros momentos del conflicto, como la imagen de la chica secuestrada en un jeep, aparecieron por primera vez en la cuenta de Telegram de la Guardia Revolucionaria, que rápidamente manifestó su apoyo al ataque. Además, el presidente de Irán, Raisi, habló con los líderes de Hamás e Yihad para expresar el completo respaldo del régimen en la guerra contra Israel.
Este conflicto es mucho más complejo de lo que parece a simple vista. Irán, con su influencia y apoyo a grupos armados, está desempeñando un papel crucial en la escalada de tensiones. Entender la dimensión geopolítica es esencial para comprender quién está detrás de los eventos recientes en la región.
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